En una cabaña aislada, desnuda y esposada a la cabecera de la cama, Jessie asiste inerte al macabro desenlace del juego erótico de Gerald, el hombre con quien ha convivido durante veinte años y que ahora está tendido en el suelo junto al lecho, muerto.
Sola, sin poder liberarse, acuciada por el hambre y la sed y asediada por los fantasmas del pasado, Jessie se enfrenta al desafío de sobrevivir a la situación, mientras va adquiriendo conciencia de que la realidad es aún más pavorosa que la peor de sus pesadillas.
La crítica ha dicho…
«Uno de sus mejores libros.»
USA Today