Por el autor de Narcojuniors. Los herederos del poder criminal. El ejemplo lo puso su padre y ellos no renegaron. La sangre llamaba.
Se rodearon de los más buscados y, muy pronto, adoptaron su papel. La herencia fue criminal. Saben usar rifles, escopetas y pistolas, pero la ilegalidad es su mejor arma. Son protegidos por ciudadanos atemorizados y por políticos corruptos. Ya sobornaron a diputados, senadores, agentes de la Guardia Nacional y altos mandos de la Defensa. Se han apropiadode comunidades enteras. Son economistas, empresarios, mercadólogos. Protegen zonas estratégicas, mausoleos familiares y el rancho de La Tuna. Son tranquilos, dicen algunos; son de peligro, refieren otros. Se apropiaron del apodo de su padre, que ahora yace en una celda de tres por dos.
Son los hijos del Chapo Guzmán:
Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, y Ovidio y Joaquín Guzmán López.
Ellos controlan. Ellos mandan.
No solo en Sinaloa, sino en buena parte de México.