Incursión de Carlos Fuentes en el género de la novela policíaca, que retrata al México del boom petrolero y tiene como trasfondo una reflexión acerca de lo ilusorio de la libertad.
Publicada por primera vez en 1978, La cabeza de la hidra narra las vicisitudes del Servicio Secreto Mexicano para ocultar de espías árabes, israelíes y estadounidenses el descubrimiento de un yacimiento de petróleo, en una trama que involucra violencia, sexo, sorprendentes coincidencias y traiciones.
Mientras México nada en los veneros petroleros que le fueron escriturados por el Diablo, un burócrata es arrojado a un torbellino de intriga y espionaje internacional donde descubre que las tripas de la bestia a cargo son unas y las mismas y el conducto de evacuación el mismo: somos las mierdas de ese monstruo. Al mismo tiempo, un hombre y una mujer descubren que detrás de su pasión hay una realidad oscura que los impulsa a disfrazar de acción lo que sólo es hambre, padecimiento, deseo.
La crítica ha opinado:
«La búsqueda por encontrar una relación entre Europa y América, el retorno al cuerpo invocación de lo primigenio y fundamental que caracterizaa la época moderna aparecerán como temas prioritario en, La Cabeza de la hidra, (1978) donde se despliega un resumen entre las corrientes vanguardistas, con dosis de influencia de monólogos interiores marca Joyce, y del objetivismo.» -Sergio Martínez Estrada, Animal Político–