Ignacio Padilla trabajó por más de veinte años en la realización de esta novela. Finalmente, llega al encuentro de sus lectores de manera póstuma, como una prueba más y definitiva del talento minucioso y total de su autor.
El primero de mayo de 1945, Joseph Goebbels, ministro de propaganda del Tercer Reich, y su esposa, Magda Goebbels, se suicidan en un búnker subterráneo en el corazón de Berlín. Antes de quitarse la vida, Magda mata a sus seis hijos —cinco niñas y un niño de entre cinco y trece años— haciéndoles ingerir cápsulas de cianuro para así salvarlos, piensa, del horror de la posguerra.
Con el tiempo, surgen teorías que señalan que alguno o varios de los niños Goebbels pudieron haber escapado del búnker. El teniente Harald Quandt, hijo del primer esposo de Magda Goebbels, se entrega a perseguir estos rumores fantasmales alentado por una esperanza turbulenta. Para él, la supervivencia de alguno de esos niños, ahora adultos, representa una mínima posibilidad de redención para una humanidad arrasada por la vergüenza y la barbarie. Así, se consagra a rastrear o reconstruir las vidas de cuatro hijos perdidos del Reich.